No sé cuántas personas cargo al mismo tiempo... tantas caras prácticas, felices, buenas amigas… las caras de mausoleo, las de ansiedad, las de inquietud… Mis otras vidas hacen trucos y saltan del pasado, me vuelven tierra, me quitan o me dan aire, me hacen beber de la lluvia andina , me dejan sin memoria, me atan a un tren que corre entre calles plagadas de tráfico y murmullos, no me dejan gritar, no me dejan estar del todo triste..
No sé si esto es una excusa para no sentir dolor, para quitarme la virtualidad de encima y volverme carne, para lamerle la miel a las raíces del destino…
Que irónico extrañar la calma, pero que bueno no sentirme muerto.